Te contamos cuáles son las técnicas más efectivas para la desinfección de la tierra de cultivo
Entre las diversas técnicas existentes para la desinfección del terreno de cultivo, la biosolarización, una técnica que cuenta con muchos años de práctica, se ha perfeccionado, convirtiéndose así en una de las mejores alternativas para los agricultores y todas aquellas personas en general que dispongan de un terreno de cultivo.
¿Cómo desinfectar el suelo para sembrar?
La principal preocupación de todos los agricultores es no
verse afectados por ningún tipo de plaga o enfermedad que dañe o incluso
destruya sus cultivos.
Existen diferentes técnicas para la desinfección de la
tierra. El objetivo de todas ellas es eliminar el mayor número posible de
patógenos que pudieran afectar a cultivos futuros, mermando el rendimiento de
estos o la calidad de la producción. Gracias a ellas se pueden acabar con
diferentes tipos de bacterias y hongos dañinos para las plantas.
Los métodos más habituales para desinfectar la tierra de
cultivo son la solarización, la biosolarización y la biofumigación.
Solarización: eliminación a través del calor
En la solarización se parte de un terreno bien humedecido
que procede a cubrirse con un plástico transparente y fino. El efecto de este
cubrimiento permite la acumulación de calor intenso que se transfiere al terreno.
De esta forma, una vez alcanzado una alta temperatura, conseguiremos eliminar o
disminuir un amplio espectro de patógenos nocivos para la tierra, bien sean
bacterias, hongos y sus esporas.
El éxito de esta técnica dependerá de la temperatura que logremos alcanzar, que se calcula que debe ser como mínimo de 50 grados. Cada tipo de patógeno tiene un nivel diferente de resistencia al calor por lo que el objetivo es mantener las altas temperaturas durante un tiempo prolongado, de tal forma que se consiga erradicar el mayor número y variedad posible de patógenos. Por ello, para esta técnica se recomiendo por un lado que se realice:
- En los meses de mayor insolación, para alcanzar y mantener la temperatura lo antes posible.
- Durante al menos 50-60 días seguidos, para asegurarnos de que sea más eficaz.
¿En qué consiste la biofumigación?
Otra de las técnicas más populares para la desinfección de
la tierra es la biofumigación.
En este caso, mediante el aporte de una gran cantidad de
materia orgánica en el suelo conseguiremos que, mediante la descomposición de
esta, y los gases resultantes de la misma se eliminen o disminuyan distintos
patógenos.
La ventaja de esta técnica es que los gases emitidos
conseguirán la destrucción de los patógenos nocivos pero no así los que pueden
resultar beneficiosos para el control de hongos.
Para llevar a cabo esta técnica debemos tener en cuenta una
serie de consejos:
- Podemos llevarla a cabo en cualquier época del año, lo cual constituye una ventaja, pero tengamos en cuenta que cuanto más calor, más rápido será el proceso de degradación de la materia orgánica, y, por tanto, de sus efectos desinfectantes.
- La materia orgánica que aportemos debe estar compuesta de estiércol fresco y restos vegetales. Tanto unos como otros liberan sustancias como el amoníaco y alcoholes como los fenoles capaces de reducir la población de patógenos.
- Durante este proceso conseguiremos que la población de microbios beneficiosos aumente con respecto a otros tipos más nocivos.
La biosolarización: la combinación de las dos técnicas
Gracias a la combinación de ambas técnicas como son la
solarización y la biofumigación la desinfección de los terrenos se hace de una
forma más acelerada ya que, al cubrir la tierra a la que previamente hemos
añadido materia orgánica en gran cantidad, y, mediante la acumulación forzada
de calor, conseguiremos que el proceso de fermentación de esta sea mucho más
rápido además de impedir, gracias a la cubierta plástica, que los gases se
escapen, por lo que su eficacia será mayor.
Sea cual sea la técnica elegida, la desinfección de la tierra es una labor necesaria y realmente útil para minimizar los riesgos de que cultivos futuros se vean afectados por determinados tipos de plagas.