Te hablamos de las ventajas del compost como fertilizante y cómo hacerlo
Los agricultores conocen el valor que puede tener el compost para favorecer el crecimiento de los cultivos. El compost no solo actúa como un excelente fertilizante para el suelo agrícola, si no que también contribuye a su regeneración.
¿Qué es el compost?
Se trata de un tipo de residuo formado por la descomposición de
distintos tipos de materia orgánica.
Esta descomposición es llevada a cabo por distintos tipos de
microorganismos, como bacterias y hongos, así como pequeños invertebrados como
las lombrices.
Tras el tiempo necesario para que todos estos organismos
actúen, obtenemos como resultado un fertilizante de muy alta calidad.
Ventajas del compost
La realización de compost, de forma casera, nos aporta una
serie de ventajas:
- Para empezar, nos permite aprovechar muchos de los restos orgánicos que generamos. Tanto a nivel doméstico como en grandes extensiones de terreno, podemos aprovechar todo tipo de restos vegetales generados y que, de otra forma, desecharíamos.
- Se trata de un sistema de fertilización natural además de muy eficaz, que además nos evita el tener que adquirir algunos tipos de fertilizante, o, al menos, mucha menos cantidad de estos ya que un compost bien realizado aporta muchos nutrientes beneficiosos tanto para la tierra como para las plantas.
- Fertilizante gratuito, ya que no es necesario comprar nada para poder generar nuestro propio compost
¿Cómo hacer compost?
Para realizar el compost tendremos que tener en cuenta una
serie de consejos.
Para empezar, que todo el proceso de generación de compost
lleva un tiempo, que será variable en función de aspectos como el tipo de
restos orgánicos aportados, la climatología etc.
Es importante que mientras dure el proceso tengamos en
cuenta que debemos remover periódicamente los restos orgánicos, ya que los
microorganismos que intervienen en el proceso de compostaje necesitan una
correcta aireación.
Los restos deben tener la suficiente humedad y nunca debemos
dejar que se sequen por lo que, si es necesario, podemos hacer pequeños riegos
para mantener la humedad, pero evitando un excesivo encharcamiento.
Existen distintas fases durante la generación de compost:
- La primera fase o de latencia es aquella en la que comenzamos a aportar materia orgánica y esta debe alcanzar una temperatura alta, en torno a 40º. Durante esta fase las bacterias se van multiplicando para descomponer estos restos.
- En la siguiente fase, termófila, todos los microorganismos están activos por lo que la temperatura comienza a subir hasta los 70º. Esta temperatura más elevada contribuye a higienizar toda la pila de compost. Esta fase durará hasta que los restos se hayan descompuesto y como consecuencia las bacterias reduzcan su acción.
- Cuando el compost ya está maduro la temperatura se habrá igualado con la temperatura ambiente. Observaremos como los restos han reducido considerablemente su volumen y como resultado habremos obtenido un excelente residuo de color oscuro que ya podremos emplear para nuestras plantas.
¿Se debe usar una compostadora?
Tradicionalmente las pilas de compost se han colocado en el
exterior, sin necesidad de taparlas, sobre todo cuando hablamos de grandes
volúmenes de materia orgánica.
En los últimos tiempos se ha popularizado el uso de las
llamadas compostadoras. Se trata de unos cajones, habitualmente de madera o
plástico, de diferentes tamaños, en los que se va añadiendo la materia orgánica.
Sobre todo estas se usan a nivel doméstico ya que de esta forma se pueden tener
recogidos los restos en el interior y en poco espacio.
Realmente, siguiendo una serie de pautas adecuadas, se puede
realizar compost tanto en el exterior como en el interior. Bien hecho, no
genera ningún tipo de olor.