Te contamos cómo las nuevas tecnologías pueden ayudarte a aumentar la productividad y ahorrar costes en tus cultivos
La aplicación de las nuevas tecnologías en la agricultura es un tema de gran interés en la actualidad, ya que estas tecnologías pueden mejorar significativamente la eficiencia y productividad de la agricultura, así como reducir el impacto ambiental de esta actividad.
Estas nuevas tecnologías se aplican en diferentes ámbitos de la agricultura, desde el uso de semillas más eficientes, hasta maquinaria más moderna para la recolección de los cultivos. Entre medio, disponemos ya de herramientas que permiten el control del estado del terreno, tanto a nivel químico e hídrico, como desde el aire, lo que nos permite monitorear de forma global nuestros cultivos.
Te contamos en detalle las características de las más relevantes a día de hoy.
AGRICULTURA DE PRECISIÓN
La agricultura de precisión es un enfoque en el que se utilizan tecnologías como el análisis de datos, la automatización y la robótica para optimizar el uso de recursos como el agua, los fertilizantes y los pesticidas en la agricultura. Esto permite una mayor eficiencia y productividad, así como una reducción del impacto ambiental.
En la agricultura de precisión, se recogen y analizan datos sobre el suelo, el clima y los cultivos de manera más precisa y detallada que como se venía haciendo hasta ahora. Estos datos se utilizan para tomar decisiones informadas sobre el momento óptimo para sembrar y cosechar, así como sobre el uso de fertilizantes y pesticidas. Por ejemplo, si se sabe que una determinada zona del campo tiene una mayor cantidad de agua disponible, se pueden utilizar menos volumen de riego para evitar el desperdicio de recursos.
La agricultura de precisión también puede incluir la automatización y la robótica, que permiten a los agricultores realizar tareas de manera más eficiente y precisa. Por ejemplo, se pueden utilizar robots para sembrar y cosechar, lo que permite una mayor precisión y reducción del tiempo y el esfuerzo necesarios para estas tareas.
MONITORIZACIÓN DEL SUELO Y EL CLIMA
Otra tecnología importante es la monitorización del clima y del suelo, que permite a los agricultores tomar decisiones informadas sobre el momento óptimo para sembrar y cosechar, así como sobre el uso de fertilizantes y pesticidas. Esto puede mejorar significativamente la productividad y reducir el impacto ambiental.
Existen diferentes maneras de llevar a cabo el monitoreo del clima y del suelo, como por ejemplo:
- Monitores climáticos: Son dispositivos que se instalan en el campo y miden variables como la temperatura, la humedad, la precipitación y la velocidad del viento.
- Sensores del suelo: Son dispositivos que se instalan en el suelo y miden variables como la humedad, la temperatura y el contenido de nutrientes del suelo.
- Imágenes de satélite: Permiten a los agricultores monitorear y evaluar el estado de sus cultivos desde el espacio.
Los datos recogidos por estos dispositivos se pueden utilizar para tomar decisiones precisas acerca de cuestiones como la siembre, recolección, riego o el uso de fertilizantes.
BENEFICIOS DE LA MONITORIZACIÓN EN LA AGRICULTURA
Los beneficios de la monitorización del clima y el estado del suelo en la agricultura incluyen:
- Mayor eficiencia: el monitoreo del clima y del suelo permite a los agricultores tomar decisiones basadas en datos reales y detallados, lo que permite optimizar los cultivos y su productividad.
- Ahorro de recursos: este control también permitirá al agricultor optimizar el uso de fertilizantes y pesticidas, lo que puede reducir el desperdicio de estos recursos así como suponer un ahorro económico para el productor.
- Reducción del impacto ambiental: al permitir un uso más eficiente de los recursos, el monitoreo del clima y del suelo puede ayudar a reducir el impacto ambiental de la agricultura ya que se usa solo lo absolutamente necesario, sin, por ejemplo, abusar de los pesticidas o el uso innecesario de los recursos hídricos.
- Mayor seguridad alimentaria: puede ayudar a prevenir la pérdida de cultivos debido a condiciones climáticas extremas, lo que puede contribuir a una mayor seguridad alimentaria.
En resumen, la aplicación de las nuevas tecnologías en la agricultura tiene el potencial de mejorar significativamente la eficiencia y productividad de esta actividad, así como reducir su impacto ambiental. Algunas de las tecnologías más importantes incluyen la agricultura de precisión, el monitoreo del clima y del suelo, la genética y la ingeniería genética, la biotecnología y la tecnología de imágenes de satélite.
De todas ellas pueden beneficiarse tanto los agricultores, como los consumidores, así como en general el Medio Ambiente.