Descubre las ventajas del subsolado profundo frente a la labor tradicional y mejora el rendimiento y la salud de tu suelo agrícola.
A día de hoy el rendimiento del suelo es más fundamental que nunca, cada práctica de cultivo debe estar orientada a maximizar la productividad sin comprometer la sostenibilidad. Una de las técnicas más efectivas para mejorar la estructura del terreno, especialmente en parcelas compactadas, es el subsolado profundo. Frente a las labores tradicionales como el arado o la grada, el subsolado se posiciona como una alternativa moderna y eficiente que permite una mayor penetración de agua y aire en el perfil del suelo.
¿Qué entendemos por subsolado profundo?
Antes de entrar en comparativas, es fundamental explicar en qué consiste el subsolado profundo. Se trata de una labor agrícola que trabaja el suelo a una profundidad superior a la de los aperos convencionales, generalmente entre 30 y 60 cm, sin voltearlo. Para ello, se utilizan herramientas específicas como los subsoladores, que pueden ser de uno o varios brazos, rectos o curvos, y que están diseñados para romper la compactación sin alterar la capa superficial.
Esta técnica está especialmente indicada en suelos que han sufrido una compactación excesiva debido al paso continuo de maquinaria pesada o a la repetición constante de cultivos en la misma parcela.
Diferencias clave entre el subsolado y las labores tradicionales
Aunque el arado y la grada siguen teniendo su función dentro del calendario agrícola, el subsolado profundo aporta una serie de beneficios que no se alcanzan con estos aperos clásicos. A continuación, comparamos los principales puntos entre ambas técnicas:
1. Profundidad de trabajo
Las labores tradicionales rara vez superan los 25 cm de profundidad. En cambio, el subsolador actúa por debajo de la capa arable, lo que permite romper la suela de labor, una capa compactada que impide el desarrollo radicular profundo y la infiltración eficiente del agua.
2. Conservación de la estructura del suelo
El arado invierte la capa superficial, lo que puede alterar el equilibrio biológico del suelo. El subsolado, al no voltear, conserva la microbiología y los horizontes naturales, permitiendo un desarrollo más sostenible del cultivo.
3. Menor erosión
La inversión del terreno facilita la erosión por viento o lluvia. El subsolado, al mantener intacta la cobertura superficial, reduce la pérdida de suelo fértil.
4. Mayor eficiencia hídrica
Al mejorar la infiltración y la retención de agua, el subsolado reduce la necesidad de riego, un punto especialmente relevante en zonas con estrés hídrico.
Beneficios concretos del subsolado profundo
Veamos en detalle las ventajas prácticas que obtienen los agricultores al apostar por esta técnica frente a la labor tradicional.
Mejora del desarrollo radicular
Una raíz que no encuentra obstáculos compactados se desarrolla en profundidad, lo que se traduce en cultivos más resistentes a la sequía y mejor anclados al terreno.
Incremento del rendimiento del cultivo
Numerosos estudios y experiencias de campo han demostrado que el subsolado profundo puede aumentar el rendimiento hasta un 20% en suelos compactados, especialmente en cultivos como maíz, girasol o cereal de invierno.
Reducción del consumo de fertilizantes
Con un perfil del suelo más abierto y aireado, los nutrientes se distribuyen mejor, lo que permite optimizar la fertilización y reducir los costes de insumos.
Facilita el laboreo posterior
Una parcela correctamente subsolada ofrece menor resistencia al paso de aperos posteriores, lo que disminuye el consumo de combustible y mejora la eficiencia del tractor.
¿Cada cuánto conviene subsolar?
El subsolado profundo no es una tarea que deba realizarse anualmente. En la mayoría de los casos, basta con hacerlo cada 3 o 4 años, siempre en función del tipo de suelo y del uso intensivo de la parcela. Es especialmente recomendable antes de establecer un nuevo cultivo leñoso, como viñas u olivos, o tras varias campañas seguidas con cultivos extensivos.
¿Qué subsolador elegir?
Elegir el apero adecuado es tan importante como decidir aplicar esta técnica. Las opciones varían según el tipo de suelo, la profundidad deseada y la potencia del tractor. Marcas como Jympa ofrecen una amplia gama de subsoladores diseñados para trabajar en distintas condiciones, con brazos curvos, rectos, modelos con rodillos traseros, etc.
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¿Vale la pena sustituir el arado por el subsolado?
No se trata de eliminar completamente el arado, sino de complementar las labores del suelo de forma más estratégica. En zonas con elevada compactación o problemas de infiltración, el subsolado es claramente más beneficioso. No obstante, para tareas de desbroce superficial o enterrado de residuos vegetales, el arado puede seguir cumpliendo su función.
Lo ideal es alternar ambos sistemas según las condiciones de cada parcela, priorizando el subsolado como técnica correctiva y preventiva frente a la compactación.
Un paso hacia una agricultura más eficiente y sostenible
El subsolado profundo ha demostrado ser una herramienta clave para afrontar muchos de los retos actuales del sector agrícola: suelos agotados, menor disponibilidad hídrica y necesidad de reducir insumos. Frente a las labores tradicionales, aporta una serie de ventajas técnicas y económicas que lo convierten en una inversión rentable a medio y largo plazo.
En definitiva, si buscas mejorar la rentabilidad de tu explotación desde la raíz —nunca mejor dicho—, el subsolado profundo es una técnica que no deberías pasar por alto.
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